El primario, es decir, el que debo aceptar primero para elevar mi espíritu y avanzar al siguiente, es "El Emperador". Este Arcano Mayor del Tarot representa y significa el control interior, la disciplina, la fuerza de voluntad y la necesidad de la persona (en este caso de mí misma) de disponer de una sujeción en su propio mundo y ser consciente del impacto que tiene sobre los demás.
Las personas que me conocen superficialmente tienden a describirme como una muchacha buena, educada, recatada, dedicada y muy intelectual. A veces muy madura, a veces muy niña. Pero que sin duda vive en su propio mundo. También opinan que debería aventurarme más, ser menos cautelosa y creer en mí misma. Pero esta descripción no me abarca por completo.
Quienes mejor me conocen, y son muy pocos, saben que baso mis decisiónes en lo que dicte mi intuición. Sí, soy cautelosa, pero porque he apredido a lo largo de esta vida mía que ignorar a mi intuición es caminar en círculos, y esto puede resultar incluso doloroso.
El Arcano del Emperador me incita a actuar para alcanzar mis objetivos y el éxito, y establecerme en el mundo.
Lo anterior podría representar una contradicción, que hasta hace poco no había podido dilucidar, cómo "establecerme en el mundo" o poner los pies en la tierra sin dejar de creer en la magia y en mi intuición.
Hoy creo haber comprendido la dinámica entre "Yo, la que vive en un mundo de fantasía" y "Yo, la que tiene grandes ambiciones y potencial". El Arcano del Emperador me invita a "actuar sin temor y confiar en mí misma", mientras que mi intuición me guiará para no perderme en las ilusiones del mundo (falsos amigos, falsas oportunidades, etc.).
Otro aspecto muy importante es, creo yo, no dejar de decir en voz alta lo que percibo, así como nunca he dejado de decir lo que pienso. No esconder a la brujita que hay en mí.
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